María nos resume “en breve” cuál ha sido su incorporación al mundo del café en Colombia y su posicionamiento a favor de la mujer como una parte imprescindible en la evolución al café de especialidad en Colombia, más concretamente en el Huila.

Su incorporación al mundo del café

María Ospina es ingeniera ambiental y tercera generación de familia cafetera. Sus abuelos vendieron las fincas cafeteras y emigraron a la ciudad (Garzon), su padre regresó al mundo del café rentando fincas para su explotación y ella se incorporó a la tradición cafetera de la familia por su formación y la preocupación que le producía la contaminación de los derivados del café en el medio ambiente.
Por su formación en medio ambiente se incorpora a la compañía Alma del Huila para analizar, asesorar y validar el reciclaje de los derivados del café que generaba y su impacto ecológico, ya lo han cambiado, esta explotación cafetera es ahora sostenible con sus derivados. 
Ya en la compañía descubre el café de especialidad y el mundo de sabores que esta calidad de café encierra. Sus primeros pasos son como catadora en el laboratorio de calidad y un proceso de formación con los catadores de la compañía, conocimientos que amplía y certifica con estancias en diferentes tostadores y laboratorios de Calidad en destino. La consecuencia: abre a una segunda unidad dentro del laboratorio de calidad de Alma del Huila específica para cafés de Especialidad que actualmente dirige.

Su vitalidad como mujer cafetera

Desde su condición de mujer ve la necesidad de conseguir la equidad de oportunidades y formar a las mujeres para incorporarlas en igualdad de condiciones a la cadena cafetera.
María valora y certifica que una vez formadas en recolección las mujeres para el café de especialidad se han vuelto claves en el Huila, ya que su sensibilidad, atención y percepción garantiza que la recolección de la cereza sea en su punto óptimo con un grado muy bajo de incidencias.
La segunda fase que ha liderado María en la incorporación de la mujer en la cadena cafetera ha sido el cambiar el binomío, claramente sexsita, de “Beneficiado es igual a trabajo peligroso y no lo pueden hacer las mujeres” a el Beneficiado, como cualquier otra labor, es formación, práctica y profesionalización. La empresa familiar Alma del Huila ha sido la academía con la que se ha valido para formar a muchas mujeres que en la actualidad ya están beneficiando y experimentando procesos en sus propias fincas.

Sus anhelos y posición para avanzar a favor de la mujer y el café

La apuesta de María por los cafés de especialidad en Colombia tiene un doble camino, una mezcla de sentimientos mujer-café. De un lado, un nivel de formación reglado, un instituto, que ponga el conocimiento en manos de los productores para que puedan darle valor a la alta calidad del producto, por el otro, seguir trabajando para que la incorporación de la mujer en la cadena cafetera sea equitativa, sostiene, que ambos, la sensibilidad, delicadeza y precisión de la mujer y la formación es lo que permitirá el despegue del café de especialidad en una tierra con unas condiciones excepcionales, lo sostiene ella que es ingeniera en medio ambiente y catador en origen, para producir las mejores cerezas / cafés del mundo.

Una petición 

Un sueño que nos comparte y que  cree deberíamos apoyar todos es: crear una línea de cafés que tenga como valor el estar identificados como “100% mujer”, ya que considera que esta es una manera transparente y transversal de conseguir la equidad que reivindica y que permite enviar el apoyo de forma clara, a las mujeres cafeteras del mundo, desde cualquier lugar del planeta en el que se consuma café.

Nos deja un dato demoledor, las mujeres en el Huila sólo representan el 28% de todo el sector, estamos seguros que seguirá trabajando para llegar al deseable 50%, sin duda tendrá todo nuestro apoyo.

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