Un Café Para Amélie
Amelie Poulain se ha convertido en uno de los personajes más conocidos del cine francés. Enamoró a todos los espectadores de la película de Jean- Pierre Jenet por su peculiar forma de ver la vida, por su timidez y por su gran capacidad para la imaginación, características que la convierten en una persona totalmente diferente al resto.
Una de las cosas que más nos gustan de ella es que, desde su vida tranquila y sencilla en el barrio de Montmartre, ha cultivado un exquisito gusto por los pequeños placeres de la vida. No nos equivocamos al pensar que seguramente Amelie disfrutaría al tomar un café preparado con cierta liturgia, un café que comenzamos a disfrutar desde el primer segundo en el que empezamos a prepararlo.
Para ella prepararíamos un café elaborado con Chemex y elegiríamos fùlù con notas a vino traido desde Ruanda. Ella sabría apreciar cada nota del café, le explicariamos el origen y pasaríamos la tarde hablando en una terraza de París.